Editorial Gallbo   |  21 abril, 2021

Estrategias para evitar el rechazo por agravación del riesgo

Marcela Audelo

Como lo mencionamos en nuestro artículo sobre el rechazo por omisiones o inexactas declaraciones, toda persona que decida contratar una póliza de seguro, tiene la obligación de informar a la aseguradora todo aquello que considere relevante.

 

En el caso de los riesgos que cubren las pólizas, ya sea de gastos médicos mayores, de vida o incluso de auto es importante tomar en cuenta que los hechos o circunstancias pueden cambiar, originando una posible agravación del riesgo.

 

¿Qué es la agravación del riesgo?

 

La agravación del riesgo es una situación que se produce cuando surgen circunstancias que no estaban presentes al momento de la contratación de la póliza y estas incrementan la peligrosidad de los sucesos considerados cuando se estipuló la prima y el contrato.

 

Ahora bien, para que exista una agravación del riesgo es necesario, primero:

 

Haber identificado un nivel del riesgo o lo que es lo mismo, se necesita haber apreciado el riesgo y establecido las primas en función de esa apreciación.

 

Para apreciar el riesgo, las aseguradoras cuentan con una serie de formularios que el proponente debe contestar y de sus respuestas la aseguradora podrá identificar o graduar el nivel del riesgo que estaría tomando y fijará las primas que el asegurado debe pagar.

 

 

El deber de informar la agravación del riesgo

 

En caso de que se detecte la existencia de una agravación del riesgo, el asegurado tiene el deber de informar inmediatamente a la aseguradora, de lo contrario, los efectos del contrato cesarán de pleno derecho, tal como lo marca el artículo 52 de la Ley sobre el Contrato de Seguro, el cual determina que:

 

“El asegurado deberá comunicar a la empresa aseguradora las agravaciones esenciales que tenga el riesgo durante el curso del seguro, dentro de las veinticuatro horas siguientes al momento en que las conozca. Si el asegurado omitiere el aviso o si él provoca una agravación esencial del riesgo, cesarán de pleno derecho las obligaciones de la empresa en lo sucesivo.”

 

Una vez informada, la parte aseguradora decidirá si mantiene vigente las condiciones actuales del contrato, si las modifica, o bien, si procede a rescindir el contrato del seguro de forma anticipada al considerar que el nivel de riesgo no es asumible.

 

Ejemplos de Agravación del Riesgo

 

Para que quede más claro en qué momentos existe una agravación del riesgo, echemos un vistazo a los siguientes ejemplos:

 

  • Adquieres un automóvil para uso personal y lo aseguras bajo esas condiciones, posteriormente lo usas para competir en carreras callejeras y lo chocas.
  • Si al momento de adquirir un seguro de vida no realizabas actividades riesgosas como deportes extremos y después de celebrado el contrato de la póliza, decides hacerlo.
  • Has asegurado tu negocio, el cual se dedica a la venta de dulces y en época navideña decides comercializar pirotecnia.

 

Para que la aseguradora pueda liberarse de la obligación del pago indemnizatorio hacia el asegurado, esta debe comprobar que la agravación del riesgo influyó en el siniestro

 

Ahora bien, ¿puede haber un rechazo de siniestro por agravación del riesgo? Sí, sin embargo, esta debe ser probada por la aseguradora plenamente y no solo invocada, y además, debe acreditar que esa agravación tuvo influencia directa sobre la ocurrencia del siniestro o la extensión del daño, lo cual implica un serio reto para las aseguradoras y sus áreas técnicas y jurídicas y esas obligaciones permiten un plano de igualdad para el asegurado quien puede ejercitar sus derechos y acceder a la indemnización acreditando la expedición de la póliza y la ocurrencia del siniestro.

 

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