Editorial Gallbo   |  23 octubre, 2020

¿Qué es la Medicina Legal?

Editor Gallbo

 

El ejercicio de la Medicina y su Responsabilidad Legal

 

La práctica médica se define como toda acción que el médico realiza en el proceso de diagnóstico, tratamiento y pronóstico de medidas terapéuticas relacionadas con la salud, así como los que se deriven directamente de estos, los cuales lleva a cabo con libertad prescriptiva.

 

El profesional de la salud ante su desempeño profesional puede cometer errores, los cuales se categorizan como negligencia, impericia e imprudencia, en este sentido se entiende que puede existir una “mala praxis”, es decir, aquellos casos en los que el paciente es perjudicado o supone haber sido perjudicado por un médico, enfermera o cualquier profesional de la salud que le haya prestado la atención.

 

Según la CONAMED (Comisión Nacional de Arbitraje Médico), las definiciones para estos conceptos son:

 

  • Negligencia: Acción u omisión que ocasione consecuencia perjudicial. Una omisión de la diligencia o cuidado que debe ponerse en la atención hacia los pacientes.

Ejemplo: Olvidar el retiro de gasas o instrumental en intervenciones quirúrgicas.

 

  • Impericia: Es la falta de conocimientos de la práctica que cabe exigir a uno en su profesión, arte u oficio; es la torpeza o la inexperiencia.  Falta de habilidades o conocimientos técnicos básicos e indispensables que se deben tener obligatoriamente en determinada profesión, es este caso, la medicina, enfermería, odontología o aquella que corresponda a cada caso.

Ejemplo: Un cirujano realiza una intervención quirúrgica que no es de su especialidad.

 

  • Imprudencia: La imprudencia desde el punto de vista jurídico, se define como la falta de prudencia o de precaución.  Un médico incurre en imprudencia cuando actúa de forma temeraria, o bien se confía excesivamente en un cuadro clínico particular, o bien si tiene la percepción de que las complicaciones que pueda tener un paciente no son graves, entonces el profesionista no tomará las medidas para la prevención de posibles consecuencias.

Ejemplo: Una enfermera con años de experiencia coloca un dispositivo intrauterino sin la supervisión del especialista, ocasionando daños internos que derivan en hemorragia interna, sepsis y finalmente, deceso.

 

Es pues que, el prestador de servicios de la salud tiene obligaciones que generan deberes, los cuales han de cumplirse bajo el principio del servicio al ser humano en función de su bienestar, lo que se conoce como “primum non nocere” (latín: lo primero es no hacer daño). Al no cumplirlas, el profesional de la salud se encuentra expuesto a diferentes tipos de responsabilidades, las cuales pueden ser sancionadas en tres principales foros: civil, administrativo y penal.

 

 

 

Responsabilidad Civil

 

Entiéndase por responsabilidad civil a la obligación de subsanar el daño causado a otro.

 

Responsabilidad Administrativa

 

Es aquella que surge del incumplimiento de las normas. Cuando el médico incurre en una falta de tipo administrativo, puede hacerse acreedor a amonestaciones, suspensiones temporales o definitivas del cargo o comisión, destitución del puesto, sanción económica, inhabilitación temporal para el desempeño de empleos, cargos o comisiones en el servicio público.

 

Responsabilidad Penal

 

En el ámbito penal se establecen denuncias a nivel ministerial para su encuadre correspondiente y la integración de una carpeta de investigación. Se busca la inhabilitación del médico, además de la pena de prisión.

 

 

Conclusión

 

La medicina requiere de conocimientos técnicos específicos para su ejercicio, así como de la experiencia y sensibilidad de quien la ejerce para el desarrollo de una práctica ética, correcta y sustentable; esto en conjunto convierte a la práctica médica (entendiéndose esta como aquella provista por cualquier profesional de la salud) en un actuar “artesanal”, único e individual, pues cada caso es diferente, es decir que, la actuación médica particular a un caso específico debe ser valorada y evaluada de forma individual y metódica.

 

No es posible, bajo ninguna circunstancia, categorizar o encajonar las acciones médicas como totalmente buenas o totalmente malas, de ahí la relevancia e importancia de que cada asunto en materia de Mala Práctica Médica (MedMal) sea estudiado por personal médico y jurídico competente y experimentado.

 

 

 

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