Historias de éxito   |  19 agosto, 2019

"Indemnización justa" La historia de COPANORO

Editor Gallbo

 

La asesoría y el apoyo de Gallbo, permitió que COPANORO recibiera una indemnización oportuna.
 

El 28 de mayo de 2018, Gabriel Benavides uno de los seis socios de la empresa Convertidora de Papel del Noroeste (COPANORO) recibió una llamada alarmante de uno de sus hermanos y posteriormente de uno de los colaboradores de la empresa, avisándole que había un incendio en la planta de Reynosa.

 

“Se trataba de un incendio grande que, prácticamente consumió toda la planta, afortunadamente ningún colaborador resultó lastimado”, comentó Benavides. “Mi primera reacción fue hablarle a mi agente de seguros y platicarle lo sucedido, él me recomendó a un Licenciado que podría ayudarme en el proceso”, aseveró Gabriel.

 

El señor Gabriel no se encontraba en Reynosa, donde ocurrió el siniestro, sin embargo, uno de sus hermanos sí y, ante el desconocimiento, en primera instancia le pidió a la persona que le había recomendado su agente de seguros, que fuera a apoyar a su hermano.

Mientras eso sucedía, en Tijuana, donde se encontraba el empresario Gabriel, el contador de la empresa le comunicó que lo estaban buscando de Gallbo, expertos en reclamación de siniestros y auditoría de pólizas de seguros. Él, al no saber de qué se trataba, le respondió a su colaborador:


“No sé de qué se trata, pero ya tenemos a alguien que nos está ayudando”, refiriéndose al recomendado por su agente de seguros.

 

Es así como, inicialmente, Gabriel Benavides decidió hacer caso omiso a las llamadas de Gallbo Global Insurance Claimers. La situación seguía su curso y el agente de seguros, amigo del señor Gabriel, le comentó que había un pequeño problema, podían objetar el pago por una posible agravación del riesgo, dado que estaban haciendo una ampliación de la nave industrial, que no habían notificado a la aseguradora, lo que podría representar un agravante para la situación y, sobre todo, para la indemnización. La situación asustó al empresario; no recibir la indemnización completa era algo grave para la estabilidad del negocio.

 

Habían pasado casi tres días después del grave incendio, cuando le avisaron al señor Gabriel que tenía una llamada de Gallbo, empresa fundada por el Lic. Manuel Gallardo y que era la tercera vez que se comunicaban. Ante la insistencia, decidió tomar la llamada y le dijeron que el Lic. Gallardo quería verlo, a lo que contestó:
 

“Está bien, lo espero en Tijuana”, finalmente, no había razón para no escucharlo, pensó Benavides.

 

Al siguiente día, el empresario tenía una cita con el Licenciado que ya lo estaba apoyando; se reunió con él y le comentó que la situación era un poco complicada. Posteriormente, tenía que ir al aeropuerto de aquella ciudad para encontrarse con el Lic. Gallardo. No sé conocían, lo único que el empresario Gabriel sabía es que llegaría al aeropuerto un hombre con traje azul y camisa rosa. Después de unos minutos de espera, se percató de que había un hombre con la vestimenta mencionada, pero notó que era invidente, por el color de sus ojos.

 

“Me acerqué y le pregunté, ¿Manuel?, me respondió sí, me asombró que se sabía muy bien mi nombre”, comentó Gabriel. “Lo llevé a tomar un café y su carisma, su forma de ser, además de la claridad y seguridad con la que me decía las cosas, aunado a todo lo que hizo por llegar a verme, me dio mucha confianza; me sorprendió”.

 

La plática duró cerca de dos horas, mismas que fueron suficientes para llenar de confianza a Gabriel y a uno de sus hermanos, aunque no dejaba de causarle duda la condición del Lic. Gallardo.


“¿Cómo nos va a poder ayudar, si no ve?, pensó. “Poco a poco, durante la conversación, me fui dando cuenta de la gran capacidad que tiene para entender a la perfección lo que nos inquietaba, además de un poder de concentración extraordinario, de tal forma que me di cuenta de que no necesitaba ver para poder asesorarnos, pero no estaba decidido”, comentó Benavides.

 

La duda estaba sembrada porque, al siguiente día, Gabriel decidió hablar nuevamente con el primer Licenciado que había tenido contacto, el recomendado, para decirle que aún no tomaba la decisión de quién llevaría su caso.

 

Por otros asuntos, Gabriel viajó a la Ciudad de México, donde se reunió nuevamente con el Lic. Gallardo y después de pasar con él varias horas y hacerle mil preguntas, la duda seguía. Siete millones de dólares estaban en juego, sin duda, no era una decisión fácil de tomar, por lo que le dijo al Lic. Manuel que no se trataba de una decisión sencilla y que le gustaría que viajara nuevamente a Tijuana para que, junto con los otros socios, sus 5 hermanos, tomaran la mejor decisión.

 

La situación ponía en total desventaja al Lic. Manuel, ya que el agente de seguros y amigo de la familia Benavides, se inclinaba 100% por el otro Licenciado.

 

Finalmente, después de pláticas familiares, todos coincidieron en que el Lic. Manuel era la mejor opción y, aunque un poco nerviosos, le dieron la noticia y agradecieron al asesor recomendado por el agente de seguros.

 

(Imagen Ilustrativa)

 

Dirigidos por el Lic. Gallardo y su socia, Luz Elia Martínez Jabalera, los equipos de colaboradores de ambas empresas comenzaron a recolectar todos los documentos y evidencias necesarias y así comenzó el proceso de reclamación.

 

“El Lic. Manuel llevó todo el proceso de una manera muy estratégica, como el experto que es, comentó Benavides.

 

En algún momento, unos ajustadores de Monterrey, enviados por la aseguradora, al revisar el caso, comentaron que había una agravante, a lo que el Lic. Gallardo respondió:

 

“Aquí no hay agravante, como quieran, si deciden ir a pleito esto se va a alagar y, de cualquier forma, nos van a pagar” afirmó.

“Afortunadamente, nuestro seguro había sido expedido por una aseguradora muy sólida y, al revisar toda la evidencia aportada por Gallbo, decidieron pagar la totalidad de la indemnización pactada en la póliza, comentó el empresario Gabriel.

 

Desde un inicio, el Lic. Gallardo indicó que el proceso podría tardar de 6 a 8 meses, si es que no había complicaciones, y justo a los 7 meses, los socios de COPANORO, recibieron el pago por indemnización.

 

"Definitivamente, este resultado no habría sido posible sin la visión y la experiencia del Lic. Gallardo; de hecho, en mi familia ya lo adoptamos, le decimos Manuel Gallardo Benavides, no sólo por su profesionalismo, también por su carisma y excelente calidad humana; estamos profundamente agradecidos”, declaró Gabriel Benavides. “Cuando, como empresarios, somos víctimas de un siniestro, podemos tomar decisiones equivocadas por la presión, preocupación e inexperiencia, es por eso que les recomiendo ampliamente al Lic. Manuel Gallardo”, concluyó.

 

Ante los siniestros, es crucial que los empresarios se acerquen con expertos que los acompañen durante todo el proceso de reclamación.

 

 

 

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