Responsabilidad social   |  12 abril, 2021

"Cuando una puerta se cierra, más se abren en el camino". Conoce la historia de Briseyda Sánchez

Marcela Audelo

Anteriormente, conocimos la historia de José Alfaro, quien encontró en su hijo la fortaleza para salir adelante; hoy, es el turno de una joven alegre, entusiasta y con muchos sueños por cumplir. Su nombre es Briseyda Sánchez y nos relata cómo ha sido para ella hacerle frente a la vida después de sufrir un accidente automovilístico a la edad de 17 años, ocurrido en su ciudad natal: Morelia, Michoacán, y que le dejó como consecuencia la pérdida de su antebrazo derecho.

 

“Perdí mi brazo en un accidente automovilístico. Fue saliendo de la escuela, iba con tres compañeros aparte de mí y el auto en el que íbamos volcó y mi brazo quedó prensado entre la camioneta y el asfalto”.

 

Fue un suceso que marcaría un antes y un después en su vida, pues nos cuenta que, a pesar de haber recibido innumerables muestras de cariño mientras se encontraba hospitalizada, su sorpresa sería muy grande al darse cuenta que, al reincorporarse a sus actividades cotidianas, el entorno social en el que se desenvolvía había cambiado. Lo que antes era camaradería, ahora era indiferencia y discriminación:

 

“Esto me afectó mucho, porque yo tenía muchas amistades. Cuando estuve en el hospital, recibí muchas cartas en las que mis amigos me decían que le echara ganas, que me iban a recibir igual; pero cuando salgo del hospital y regreso a la escuela, ¿cuál fue mi sorpresa? Que todos me empezaron a hacer a un lado. Con el tiempo yo traté de buscarlos, pero ya no hubo respuesta de su parte”.

 

“No somos discapacitados, tenemos mucho potencial”

 

Lamentablemente, esta no ha sido la única prueba difícil que ha tenido que pasar, pues como muchos ya lo han manifestado y de acuerdo a su experiencia, las oportunidades laborales están limitadas para las personas con discapacidad:

 

“He ido a muchos lugares, pero con el simple hecho de verme, me dicen: ‘no, tú no puedes’. Me he encontrado con muchas trabas. Conseguir trabajo es lo que más difícil se me ha hecho, porque no me creen capaz de hacer muchas cosas”.

 

 

¿Cómo cambió su vida a partir de que recibió su prótesis en el año 2019?

 

Con la humildad que la caracteriza, Briseyda recuerda y agradece haber conocido Fundación Markoptic, pues gracias a que en 2019 recibió una prótesis mecánica, su autoestima ha mejorado y la confianza en sí misma se ha fortalecido, inyectándole energía para hacer muchas de las cosas que más disfruta.

 

Actualmente, Briseyda puede realizar algunas actividades del hogar como barrer y trapear, y ha encontrado facilidades con el uso constante de su prótesis, como sostener una botella con agua o su celular; incluso, la hazaña de maniobrar un auto con transmisión estándar:

 

“No sé manejar, pero un día lo intenté en un carro estándar, y aunque se me hizo un poquito difícil mover la palanca, yo sé que con la práctica lo voy a lograr”.

 

“En Fundación Markoptic conocí una unión que difícilmente podré encontrar en otro lugar”

 

Para finalizar, con palabras llenas de agradecimiento y cariño, Briseyda se dirige hacia quienes hacen posibles que cientos de personas como ella reciban el apoyo que necesitan:

 

“A las personas que ayudan, de antemano quiero agradecerles, porque gracias a ellos, nosotros podemos seguir luchando día a día, abriendo nuevas fronteras, nuevos caminos. Gracias a ellos, tenemos muchas más oportunidades en la vida”.

 

Únete a la causa realizando tu donativo a partir de $50 en www.fundacionmarkoptic.org.mx. Si deseas más información contáctanos al teléfono 800 509 1985, o al correo info@fundacionmarkoptic.org.mx

 

 

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