México sigue siendo uno de los países más expuestos a los desastres naturales y, entre ellos, los sismos destacan como uno de los fenómenos más devastadores. Aunque huracanes, lluvias torrenciales, incendios o sequías forman parte de la realidad climática del país, los movimientos telúricos son los que han marcado algunos de los episodios más dolorosos de nuestra historia reciente. Sin embargo, a pesar de la magnitud de estos eventos, aún persiste una baja cultura de prevención y un nivel insuficiente de aseguramiento frente al riesgo sísmico.
Contratar un seguro contra daños por sismo no debe verse como un gasto innecesario, sino como una inversión imprescindible para proteger el patrimonio, minimizar pérdidas y garantizar la resiliencia financiera.
MÉXICO, EN EL CINTURÓN DE FUEGO DEL PACÍFICO
La geografía mexicana explica la recurrencia e intensidad de los sismos. El país se encuentra en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, una de las zonas más activas sísmicamente en el mundo, donde convergen las placas de Cocos, Norteamericana, Rivera y del Pacífico. La interacción entre estas placas genera choques, subducciones y deslizamientos que liberan enormes cantidades de energía acumulada en la corteza terrestre.
Este contexto tectónico convierte a México en un país con un riesgo permanente. Si bien los sismos no se presentan con la misma frecuencia que otros fenómenos naturales, sus impactos suelen ser mucho más graves y generalizados.
DAÑOS MATERIALES Y HUMANOS: UN GOLPE PROFUNDO
Los sismos ocasionan daños de gran magnitud en las ciudades y comunidades. La infraestructura pública y privada resulta afectada de manera severa: edificios colapsados, viviendas inhabitables, carreteras fracturadas, puentes dañados y servicios básicos interrumpidos.
Las consecuencias no son solo materiales. Cada movimiento telúrico trae consigo pérdidas humanas, familias desplazadas y comunidades enteras que deben reconstruirse desde cero. En 2017, por ejemplo, se evidenció cómo la falta de cumplimiento en los reglamentos de construcción agravó las afectaciones: miles de inmuebles colapsaron o sufrieron daños irreparables porque no se edificaron bajo las normas vigentes.
BRECHA DE PROTECCIÓN FINANCIERA
Uno de los grandes problemas frente a los sismos en México es la baja cobertura de seguros. De acuerdo con datos recientes, solo el 26.5 % de los hogares en el país cuenta con algún tipo de seguro, lo que significa que millones de familias enfrentan los daños con recursos propios.
La brecha es más profunda en los estados de mayor vulnerabilidad. Oaxaca, Chiapas y Guerrero, zonas históricamente golpeadas por movimientos sísmicos, son también las que presentan menores porcentajes de viviendas aseguradas, con cifras por debajo del 12 %. Esta realidad limita la capacidad de recuperación de miles de hogares y genera un círculo de vulnerabilidad económica difícil de romper.
Hacia una cultura de resiliencia sísmicaLos sismos seguirán ocurriendo, porque forman parte de la condición geológica de México. Lo que sí puede cambiar es la forma en que nos preparamos para ellos. Incrementar la cultura del seguro, hacer cumplir los reglamentos de construcción, fortalecer los atlas de riesgo y promover políticas públicas de apoyo a los sectores vulnerables son pasos indispensables.
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Tener un seguro contra daños por sismo no es un lujo, es una necesidad. Por ello, si tu hogar o negocio se ha visto afectado, pero no sabes cuál es el proceso que debes seguir para reclamar el siniestro, en Gallbo Global Insurance Claimers tenemos para ti el servicio de Reclamación Estratégica; nuestro acompañamiento te brindará seguridad durante la gestión ante la aseguradora, garantizando una indemnización total asegurada.
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