Cada vez más personas entienden la importancia de contar con un seguro que los respalde ante distintas eventualidades. Como agente, sabes que, al contratar una póliza, el asegurado no solo adquiere una protección, sino que también acepta una serie de condiciones que deben cumplirse para que la aseguradora responda. El problema surge cuando errores en la póliza provocan un rechazo del siniestro. Aquí es donde tu labor cobra más valor: evitar estos errores o saber cómo actuar cuando ya han ocurrido.
¿Qué es una póliza?
La Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) define la póliza como “el documento oficial que da forma al contrato de seguro, donde se establecen los derechos y obligaciones del asegurado y la aseguradora”. En otras palabras, la póliza es el contrato que formaliza la protección y detalla lo que está cubierto, bajo qué condiciones y con qué límites.
Como agente, debes tener claro que este documento no solo es el respaldo del asegurado, sino también el eje central de toda reclamación futura. Cualquier error, por mínimo que parezca, puede traducirse en una negativa por parte de la aseguradora.
Errores frecuentes que provocan el rechazo de un siniestro
Uno de los factores más comunes en el rechazo de reclamaciones es la presencia de errores u omisiones en la póliza. A menudo, estos se deben a una falta de revisión o seguimiento en el proceso de contratación. Algunos de los errores más frecuentes que puedes evitar como agente son:
- Datos incorrectos del bien asegurado: Un número de serie equivocado en un seguro de auto o un modelo mal capturado puede invalidar la cobertura al momento del siniestro.
- Domicilios inexactos: En seguros de hogar, si el domicilio declarado en la póliza no coincide con el lugar del siniestro, la aseguradora tiene fundamentos para rechazar el pago.
- Errores en beneficiarios: Nombres mal escritos, parentescos inexistentes o ilegales, o beneficiarios duplicados son fallas que generan conflictos al momento de reclamar.
- Coberturas duplicadas o sumas mal calculadas: La duplicidad o inconsistencias en los montos asegurados pueden provocar ajustes no favorables o una rescisión del contrato.
¿Cómo evitar estos errores?
Como agente, tu rol no solo es colocar una póliza, sino garantizar que esta sea sólida, clara y sin errores. Algunas recomendaciones clave:
- Revisa a detalle cada póliza antes de entregarla. No des por hecho que todos los datos fueron capturados correctamente. Asegúrate de cotejar con el cliente la información declarada.
- Explícale al asegurado cada cláusula. Muchas veces, el asegurado no conoce el alcance ni los límites de su cobertura. Tu asesoría puede marcar la diferencia en una futura reclamación.
- Solicita por escrito la confirmación de datos. Tener evidencia de que el asegurado validó la información puede respaldarte ante cualquier controversia.
- Actúa dentro del plazo legal. Si detectas algún error en la póliza ya emitida, el asegurado tiene 30 días naturales para solicitar una rectificación. Acompáñalo en ese proceso.
¿Y si ya hubo un rechazo?
En caso de que una reclamación haya sido rechazada por errores en la póliza, aún hay caminos para revertir esa negativa. En Gallbo Global Insurance Claimers contamos con el servicio Segunda Opinión, diseñado no solo para realizar un análisis exhaustivo y determinar la viabilidad de la reclamación, sino para ayudarte a construir una nueva estrategia que fortalezca la confianza de tus clientes.
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