Por motivo del Día de Internacional de las Personas con Discapacidad, hemos redactado este artículo para reconocer la riqueza de lo diferente, para abrir un panorama de lo que como sociedad podemos lograr si aplicamos en nuestro diario andar los conceptos de integración, diversidad e inclusión.
¿Qué es la discapacidad?
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, se define a la discapacidad como:
"La discapacidad es una condición del ser humano que, de forma general, abarca las deficiencias, limitaciones de actividad y restricciones de participación de una persona".
Por lo tanto, se resume que:
“La discapacidad es toda reducción total o parcial de la capacidad para realizar una actividad compleja o integrada, representada en tareas, aptitudes y conductas".
Importancia del entorno
Actualmente, y con una lucha constante, se ubica a la discapacidad como el producto de la integración a la sociedad, pues la dependencia ya no solo está sujeta a causas endógenas, sino también a la interacción del entorno, y es así como este se convierte en un factor determinante, es decir, conforme se construya, facilitará o dificultará la vida de las personas con discapacidad.
Puesto que constituyen un grupo menor dentro de la sociedad, y en la mayoría de los casos no cuentan con apoyo para su integración, así como la falta de comprensión y oportunidades, la calidad de vida y bienestar de las personas con discapacidad se ven perjudicados.
Entiéndase calidad de vida y bienestar como todo lo que cualquier persona requiere para satisfacer sus necesidades básicas de supervivencia: aspectos materiales y económicos, personales, físicos, emocionales y sociales.
Integración Social
Si bien, a lo largo de nuestras vidas nos toparemos con algunos obstáculos, para las personas con discapacidad, las barreras tienen un mayor impacto y suelen ser más frecuentes. Las limitantes a las que se enfrentan son principalmente de carácter físico, político y social.
El entorno juega un papel fundamental en lo que somos, en lo que podemos hacer en nuestra vida y en cómo podemos vivirla, desde lo familiar, formativo, laboral, cultural, etc., determina nuestra autonomía y necesidades; sin embargo, el entorno continúa siendo desfavorecedor para este grupo de personas, pues sigue habiendo numerosas deficiencias que imposibilitan su integración y accesibilidad en la sociedad.
Un aspecto importante para eliminar las barreras que dificultan la autonomía de las personas con discapacidad es la integración en todos los niveles, desde toma de decisiones a nivel político, social, económico, como de planeación y recreación.
Asimismo, es necesario adaptar y modificar los entornos inmediatos, como las edificaciones, las viviendas y los espacios de uso común. Además, de proclamar leyes que autoricen el acceso y la permanencia de los perros de asistencia, debidamente adiestrados en lugares públicos, como ayudas esenciales para las personas con discapacidades y no una situación perturbadora, que pongan en riesgo al usuario y a la demás población.
Se trata de construir un cambio cultural y de aptitudes que centre su acción en el valor de las personas, en su diversidad e inclusión. No solo se trata de mejorar el funcionamiento del entorno, sino de que sea vivido y compartido por todos.
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